sábado, 16 de mayo de 2009

Vida en comunidad

La moderna cotidianeidad ha puesto la actividad incesante, en general improductiva, desde el punto de vista no solo de sus resultados, sino también de la importancia que tiene para el individuo, en primer lugar en la vida de los seres humanos, subordinando las verdaderas aspiraciones personales, a caprichos de organizaciones y entidades, que modifican sus objetivos con inusitada frecuencia. La velocidad en la acción, en la actualidad, se ha convertido en el paradigma, y frente a ello las relaciones personales también quedan a la merced de los afanes, la inercia y la ausencia de reflexión. Con ello ha sufrido la vida en comunidad, se ha perdido el sentido de la defensa del entorno, prefiriendo la agitación de la gestión y la empresa, a la paz que concede ese hogar encendido y cálido.
Esa pérdida de identidad con estructuras que son la raíz de ser de los individuos, si bien lleva a la exploración, a la innovación, a la aventura y a la construcción de nuevas identidades, no puede separarse de lo que se ha sido, ni de las deudas que con ese entorno original se tienen. La creencia, en particular de los jóvenes, de creer que su descubrimiento del mundo es el primero, les hace olvidar que a su alrededor existen múltiples fuentes de conocimiento, experiencia y reflexión, a las cuales renuncian de manera obstinada y corta de vista. Si de eficiencia se trata, qué mejor que evitar los errores que ya otros han cometido, escuchar las experiencias ajenas y en particular contribuir a la experiencia colectica de la comunidad. Abrir espacios para que los entornos se diversifiquen y puedan abrir la discusión no solo a nuevos temas, sino también a nuevos actores, es tal vez la mejor opción para enriquecer la experiencia e inclusive plantearse nuevos retos. El diferente, en términos de aquella persona que tiene una visón nueva, frente a la de los miembros del entorno, es indispensable para poder ampliar el espectro de las ideas y de los enfoques. Renunciar a la diferencia y prescindir del esfuerzo que demanda la tolerancia, es una decisión equivocada, que cierra las puertas a nuevas opciones y que termina por ser endogamia de la peor especie.
La comunidad se enriquece con el debate, con la confrontación de ideas; el aislamiento y las barreras solo contribuyen a la especulación y al chisme. La transparencia y la información deben buscarse sin descanso, y si la vida no se transforma al contacto con los demás, la comunidad no está cumpliendo su importante función. Será necesario transformarla o liquidarla.
Las comunidades opresivas, que demandan de sus miembros sacrificios más allá de sus límites, deben descartarse, son peligrosas y absorbentes; la construcción de los objetivos, entre los que debe estar la forma de organizar el ocio, la recreación y la diversión, debe surgir del consenso, de los acuerdos para aprovechar las ventajas particulares de cada grupo, para organizar experiencias nuevas y mejorar la convivencia y la calidad de vida de todos los que en ella participan. Compartir debe enriquecer y no solo servir de una forma utilitaria para sobrevivir y sacar partido.
Comunidades más o menos, solo como seres gregarios tienen sentido los seres humanos. El paradigma del individualismo es un producto de la sociedad capitalista, que mas que un resultado de leyes naturales responde a una normatividad que beneficia una estructura de poder basado en unas relaciones desiguales y que busca desarticular todas las organizaciones fundadas de manera espontánea por grupos humanos de la más diversas orientación. La modernidad desarticula la familia, persigue las sociedades primitivas, trata de liquidar grupos de interés y reta a los individuos a actuar por sí solos, es decir busca sacarlos de su natural entorno, de la familia, del clan, de la tribu, de la acción comunal, de los sindicatos, de la asociación de usuarios, trata de encontrar ala individuo solo para poder actuar a sus anchas, para aprovechar ese poder desigual que beneficia a los que tienen y que vuelve a los que no tienen sumisos y obedientes.
Analice su comunidad y ayude a transformarla.

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