viernes, 7 de noviembre de 2008

Los Yuppies no son necesarios

Quienes sostienen que el triunfo político de los liberales en las elecciones presidenciales norteamericanas es precario, pues “hacer al rico más pobre, no convierte a todos los demás en ricos”, estén banalizando el cambio profundo que se ha iniciado en estos días.
La afirmación así como es peligrosa, venenosa y soberbia, es una clara defensa de quienes han probado ser los más descarados, irresponsables y codiciosos administradores de la era moderna. Quienes de manera irresponsable repartieron la inmensa liquidez de una sociedad próspera, son mostrados como agentes necesarios e indispensables para el futuro de la economía. Nada más alejado de la realidad. Los gerentes, presidentes y administradores de la banca, los seguros y otros sectores de la especulación, mantuvieron en secreto sus negocios, y se encargaron de manipular cifras para que las coberturas de riesgo no pudieran ser apreciadas en su real perspectiva. Jugaron con los recursos ajenos para inflar los beneficios que les reconocían por su gestión. El resultado: una clase de administradores cada vez más enriquecidos y arrogantes, que pusieron en riesgo no solo a sus clientes, accionistas y trabajadores, sino a la economía global.
Ahora nos dicen, que sin sus altísimos honorarios, los ingresos del erario público se verán diezmados y que por lo tanto no los podemos abandonar. ¡Qué ironía! ¿Quienes fueron protegidos por el gobierno Bush con generosos recortes de impuestos, ahora deben ser quienes van a financiar al Estado? No señores, esta es una falacia y un engaño peor que el anterior.
“La verdad es que buena parte del ingreso de los ricos y acomodados viene de lo que ellos hacen. Si ellos dejan de hacerlo, entonces el ingreso y la riqueza desaparecerán” afirma Robert Samuelson de Newsweek. Es la nueva teoría el valor, los que crean riqueza no son los trabajadores, ni los ingenieros, ni los agricultores, ni los comerciantes, ni los administradores de las empresas, ni quienes con el esfuerzo físico construyen la infraestructura física y social, sino quienes con astucia colocan estratégicamente unos papeles, que en sí mismos no valen nada, sin el respaldo de los bienes y servicios que esos otros sudorosos y cansados actores de la economía proveen a la sociedad.
En efecto, quienes venden y compran papeles de futuros con virtuales mercancías, que al cierre de las jornadas desaparecen, se supone que son los verdaderos agentes creadores del valor y si ellos desaparecen el esfuerzo de los demás no vale nada. Esa especie es la que le quieren vender, no solo a los americanos que de manera valiente salieron a respaldar el cambio con Barak Obama, sino a todos los ciudadanos del mundo que reclaman castigo para quienes nos metieron en esta sin salida.
La realidad es otra, es necesario poner de nuevo la economía sobre los pies, para lo cual debemos abandonar los misterios de las sectas de brokers y traders que convirtieron la economía en ciencia oculta, y regresar a los clásicos, que con rigor y disciplina, profundidad y seriedad, estructuraron una base de conocimiento, que al ser convertida en dogma de fe, se ridiculizó y minimizó.
Las salidas para la crisis están por fuerza con el reordenamiento de la economía, la creación de condiciones para profundizar el conocimiento, mejorar la infraestructura, utilizar la energía de manera eficiente y posibilitar el mejoramiento de los niveles de vida de todos los habitantes de la tierra y no de solo unos pocos.