lunes, 17 de marzo de 2008

Paz sin fronteras

Por Alfonso Otero

El concierto convocado por Juanes y al que asistieron, además de miles de colombianos y venezolanos, seis importantes interpretes de la música popular, que vinieron de Europa y América Latina, se convirtió en un evento destacado, que dejó claro que para la mayoría de los ciudadanos de esta parte del continente las guerras entre países no tienen ninguna razón de ser. El derramamiento de sangre no tiene ningún sentido en una época en que las armas son contundentes y el heroísmo ha dejado de existir, para darle paso a tecnologías que en pocos días o hasta en horas podrían acabar con miles de vidas de ambos lados, que serían sacrificadas sin sentido y sin opción de salvación.

El emocionante concierto que permitió evidenciar la hermandad de venezolanos y colombianos, que levantaron las banderas de ambos países y entonaron las canciones que presentaron los artistas, desafortunadamente fue un fugaz encuentro, que a pesar de los deseos de algunos, se constituye tan solo en un evento de fin de semana, que para nada cambiará las relaciones tensas de los países bolivarianos.

La verdad es que a pesar de los abrazos en Santo Domingo y de las canciones en la frontera colombo-venezolana, los conflictos entre Colombia, Venezuela y Ecuador continuarán activos y, dadas las innumerables fuentes de diferencias, no solo entre los presidentes, sino también debido a los intereses enfrentados de las políticas económicas y sociales de los tres países, es muy probable que surjan nuevos problemas. Las fumigaciones, los flujos comerciales legales e ilegales, las bases militares, los planes para la defensa fronteriza, la compra de armamento, los amigos del norte y del sur, las intervenciones humanas y políticas, el apoyo a grupos simpatizantes de diferentes maneras y los intereses de terceros para crear conflictos, seguirán siendo un riesgo permanente, que solo podrá enfrentarse con verdaderos diplomáticos, con actitud de tolerancia, respeto por la diferencia y ausencia de prejuicios y preconceptos.

Aunque sabemos que nuestros mercados son interdependientes y que nuestras poblaciones comparten una cultura y una historia, las diferencias políticas se mantienen y el interés por hacer caer al vecino en trampas, por demostrar la inconveniencia del enfoque del contrario y en destacar las malas amistades de las autoridades del otro lado de la frontera. Ellos harán que volvamos a registrar enfrentamientos, malentendidos y diferencias. Hasta tanto no se construya una verdadera base de negociación sustentada en la confianza mutua, en la discusión racional de los problemas fronterizos y la búsqueda de soluciones conjuntas, para aquellos aspectos de la realidad que compartimos, no podremos definir un rumbo común, que indudablemente requerirá correcciones y ajustes, y que se podrá realizar, si cada una de las partes reconoce la interdependencia, la necesidad de acuerdos y lo imperioso de construir una política fronteriza conjunta. Esta convicción deberá llevarnos a respetar la orientación política de los gobiernos centrales, pero poniendo en lugar destacado los intereses de los habitantes de las fronteras y las necesidades comerciales y sociales de cada uno de los tres países comprometidos.

Confiemos en que los gobernantes demuestren estar a la altura de sus pueblos, y se percaten de que no se puede poner en riesgo la paz en la región, ni la armonía de pueblos que están ligados geográfica e históricamente. Las diferencias políticas deben demostrar sus bondades en sus respectivos entornos y de ninguna manera deben afectar las relaciones de buena vecindad. Debe prevalecer el análisis de la problemática concreta y se debe llegar a acuerdos que beneficien ambas partes.

La única forma en que este objetivo se puede lograr, es venciendo la indiferencia de las mayorías, y recogiendo el llamado de Miguel Bosé, para que este concierto sea solo el primer paso para que los colombianos, venezolanos y ecuatorianos acompañados de la comunidad iberoamericana defiendan la paz, desarmen los espíritus guerreristas y conquisten la libertad para todos los secuestrados, los que están ´presos en la selva, los que han sido despojados de sus recursos, los que han sido proscritos, los que carecen de servicios públicos y los desplazados por cualquier fuerza política, económica o armada.

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