Por Hector
Alfonso Otero Moreno
El
comportamiento de la opinión pública colombiana, en un momento tan importante
para la sociedad, como éste, en el que se debe decidir acerca de la senda y los
métodos que se deberán aplicar a la resolución de conflictos en el futuro, recuerda
el comportamiento de los enjambres sociales, que describe Zygmunt Bauman en su
libro “Mundo Consumo”. En efecto, los
rumbos, los giros, las figuras y las tendencias que toman los individuos en la
sociedad colombiana están menos marcados por conceptos e ideas claras acerca
del futuro del país, que por “temas
relevantes diferentes y siempre cambiantes, y atraídos por objetivos o blancos
variables y en movimiento”.
Tan pronto
surgen fuerzas vitales que exigen “la paz ya!”, como aparecen exigencias de “no
a la impunidad”, ya se manifiesta la población contra las FARC, o salen a la calle muchedumbres
para que cese la guerra, se busca deslegitimar a ciertos negociadores y al
final se pretende ser parte del equipo en La Habana, se exige transparencia, pero se negocia a
puerta cerrada y en secreto. Dice
Bauman: “la seductora fuerza de
atracción que ejercen los objetivos cambiantes es, como regla, suficiente para
coordinar los movimientos del enjambre”.
Lo cierto, es que esta incertidumbre y la incapacidad de predecir los comportamientos
de la opinión colombiana, ni siquiera en el corto plazo, son materia que
debería suscitar la reflexión de quienes guían la opinión pública
Los nuevos
y viejos medios de comunicación deberían cuestionarse acerca de su poder y su
efectividad. Las redes sociales han
demostrado ser poderosos medios para movilizar gente, no solo en nuestro país,
sino también en lejanos territorios. La “Primavera
árabe” fue una experiencia inolvidable, que generó ilusiones y promesas, pero
que al final se convirtió en un espejismo que no logró llevar a los países que
se embarcaron en ella a buen puerto. Las
aventuras de “Ocuppy Wall Street”, “Democracia real, y otras acciones de
jóvenes intelectuales y activistas reformadores, quedaron en registros
históricos y referentes de movilización, pero sus resultados efectivos, fueron
menos que notables.
La
diferencia es que Colombia no se puede dar el lujo de fracasar en su empeño de
construir un camino de paz y reconciliación, Estos grupos de soñadores
fracasaron y el resultado fue que todo siguió igual o peor. En este país
necesitamos cambiar la forma como se ha hecho política y se ha gobernado, así
solo sea para que no allá más muertes, no para que sea un Estado justo, porque
sabemos que de eso aún estamos muy distantes.
Pero, necesitamos entender el comportamiento de los enjambres. Bauman señala que “En el caso de los seres humanos (unidades que sienten y piensan), el
confort de enjambrar radica en la seguridad que les proporciona el número; la
creencia de que la dirección de la acción debe de haber sido adecuadamente
elegida cuando un número tan impresionantemente elevado de personas la están
siguiendo”.
Por ello es
importante que en este momento no se bajen las banderas, ni se acepten los
alegatos, vengan de donde vinieren, acerca de “perfeccionar” los acuerdos. Sabemos que son imperfectos y sabemos que
tienen vacíos, pero lo importante es que se entienda el espíritu del documento. No importa, si no se dice que le pasa a un guerrillero
que va camino a un área de concentración, el espíritu es claro: hay que
facilitarle la entrega de las armas.
Todo lo que conduzca a la paz, debe ser rodeado de condiciones para que
aporte al proceso, así no este claramente especificado en los acuerdos. Todos entendemos el espíritu: vamos a
respetar a todos y cada uno de los colombianos y de los residentes y visitante
de este país, partimos de la buena fe (que en ciertas ocasiones los enemigos de
la paz invocan para sus intereses).
Dejemos atrás las leguleyadas, vengan de donde vengan, del Fuscal, del exprocurador,
del expreidente o del excandidato. La
vida de los millones de colombianos que de manera directa o indirecta sufrimos
la guerra es más importante que los cargos que ellos ostentan u ostentaron.
Hagamos que
los enjambres aterricen.
(Los
resaltados son citas del libro de Bauman “Mundo Consumo”)
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