martes, 25 de octubre de 2016

Los enjambres y la incertidumbre política.


Por Hector Alfonso Otero Moreno
El comportamiento de la opinión pública colombiana, en un momento tan importante para la sociedad, como éste, en el que se debe decidir acerca de la senda y los métodos que se deberán aplicar a la resolución de conflictos en el futuro, recuerda el comportamiento de los enjambres sociales, que describe Zygmunt Bauman en su libro “Mundo Consumo”.  En efecto, los rumbos, los giros, las figuras y las tendencias que toman los individuos en la sociedad colombiana están menos marcados por conceptos e ideas claras acerca del futuro del país, que por “temas relevantes diferentes y siempre cambiantes, y atraídos por objetivos o blancos variables y en movimiento”.
Tan pronto surgen fuerzas vitales que exigen “la paz ya!”, como aparecen exigencias de “no a la impunidad”, ya se manifiesta la población  contra las FARC, o salen a la calle muchedumbres para que cese la guerra, se busca deslegitimar a ciertos negociadores y al final se pretende ser parte del equipo en La Habana,  se exige transparencia, pero se negocia a puerta cerrada y en secreto.  Dice Bauman: “la seductora fuerza de atracción que ejercen los objetivos cambiantes es, como regla, suficiente para coordinar los movimientos del enjambre”.  Lo cierto, es que esta incertidumbre y la incapacidad de predecir los comportamientos de la opinión colombiana, ni siquiera en el corto plazo, son materia que debería suscitar la reflexión de quienes guían la opinión pública
Los nuevos y viejos medios de comunicación deberían cuestionarse acerca de su poder y su efectividad.  Las redes sociales han demostrado ser poderosos medios para movilizar gente, no solo en nuestro país, sino también en lejanos territorios.  La “Primavera árabe” fue una experiencia inolvidable, que generó ilusiones y promesas, pero que al final se convirtió en un espejismo que no logró llevar a los países que se embarcaron en ella a buen puerto.  Las aventuras de “Ocuppy Wall Street”, “Democracia real, y otras acciones de jóvenes intelectuales y activistas reformadores, quedaron en registros históricos y referentes de movilización, pero sus resultados efectivos, fueron menos que notables.
La diferencia es que Colombia no se puede dar el lujo de fracasar en su empeño de construir un camino de paz y reconciliación, Estos grupos de soñadores fracasaron y el resultado fue que todo siguió igual o peor. En este país necesitamos cambiar la forma como se ha hecho política y se ha gobernado, así solo sea para que no allá más muertes, no para que sea un Estado justo, porque sabemos que de eso aún estamos muy distantes.  Pero, necesitamos entender el comportamiento de los enjambres.  Bauman señala que “En el caso de los seres humanos (unidades que sienten y piensan), el confort de enjambrar radica en la seguridad que les proporciona el número; la creencia de que la dirección de la acción debe de haber sido adecuadamente elegida cuando un número tan impresionantemente elevado de personas la están siguiendo”.
Por ello es importante que en este momento no se bajen las banderas, ni se acepten los alegatos, vengan de donde vinieren, acerca de “perfeccionar” los acuerdos.  Sabemos que son imperfectos y sabemos que tienen vacíos, pero lo importante es que se entienda el espíritu del documento.  No importa, si no se dice que le pasa a un guerrillero que va camino a un área de concentración, el espíritu es claro: hay que facilitarle la entrega de las armas.  Todo lo que conduzca a la paz, debe ser rodeado de condiciones para que aporte al proceso, así no este claramente especificado en los acuerdos.  Todos entendemos el espíritu: vamos a respetar a todos y cada uno de los colombianos y de los residentes y visitante de este país, partimos de la buena fe (que en ciertas ocasiones los enemigos de la paz invocan para sus intereses).  Dejemos atrás las leguleyadas, vengan de donde vengan, del Fuscal, del exprocurador, del expreidente o del excandidato.  La vida de los millones de colombianos que de manera directa o indirecta sufrimos la guerra es más importante que los cargos que ellos ostentan u ostentaron.
Hagamos que los enjambres aterricen.

(Los resaltados son citas del libro de Bauman “Mundo Consumo”)

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